Al principio no me gustaba mucho ir a aquel sitio frio y con
montañas blancas, pero cuando fui creciendo rápidamente me fue gustando cada
vez más, allí encontré a mis preciados amigos que aún conservo, salíamos a
aquellas calles frías a pasar la tarde corriendo y brincando, los veranos
calurosos eran mágicos nunca nos aburríamos.
Tiene el más bonito de los pantanos, el camino luminoso te
lleva al final del camino agrietado donde solo se puede llegar andando, en el
duro invierno las aguas están congeladas, en cambio en el caluroso verano hay días
que subimos a bañarnos, es un lugar tan mágico que pocos conocen.
Al mariscal sulfuroso nunca le gusto eso, era un hombre huraño
que pocas veces se dejaba ver y que nos
aterraba.
curiosa la historia, pero me ha gustado, quizá un poco corta, pero si, me ha gustado
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